Teolinda Noriega Moreno

Caracas, Venezuela

Mi relación con el Parkinson comenzó hace 11 años, a finales del 2012, cuando diagnosticaron a mi esposo con dicha condición, a los 63 años. No tuvimos información del neurólogo y traté de buscar en mi país, Venezuela, alguna organización que prestara orientación o educación sobre esta enfermedad. Pero no conseguí nada y me sentí muy frustrada. En los primeros 5 años tras el diagnóstico, el apoyo hacia mi esposo fue de tipo emocional, mientras él se mantenía muy activo. Sin embargo, al poco tiempo y de forma repentina, tuvo una crisis relacionada con el movimiento y la cognición ameritando hospitalización y de la cual nunca se recuperó. A ello se sumó una fractura de cadera, por lo que, de la noche a la mañana, mi esposo se hizo totalmente dependiente, con la aparición de nuevos síntomas. Fue muy duro para mí afrontar y comprender todos esos nuevos síntomas, sobre todo los trastornos cognitivos, ya que no me dio tiempo de adaptarme, al no contar con herramientas ni recursos educativos adecuados que me ayudaran a manejar la nueva situación.

Luego llegó el COVID con la explosión de las redes sociales que me dio acceso a información, cursos, terapias y herramientas, que las organizaciones de Parkinson comenzaron a transmitir por internet. Por primera vez, y gracias a cursos en línea, empecé a relacionarme con grupos de personas con Parkinson y familiares, que ahora se han convertido en mi grupo de apoyo.

Debido a mi experiencia, mi deseo es compartir recursos educativos, orientación y apoyo a las personas con Parkinson y a sus familiares, que los ayuden a manejar la condición, para que puedan mejorar su calidad de vida, siendo esto lo que me motivó a formar parte de los Embajadores Líderes de la Davis Phinney Foundation.

Para mí vivir bien con Parkinson como la aliada del bienestar de mi esposo, significa poder despertar todos los días con Ilusión, fe, esperanza y gratitud por la vida. Disfrutar y valorar cada momento que se me presente en mi día a día, enfocarme en cosas que me motiven e inspiren a nuevos aprendizajes, poner al servicio de los demás lo que voy aprendiendo en este trayecto.  Vivir siempre en el presente, en el aquí y en el ahora.

Tengo múltiples pasatiempos que me gustan, como leer, escuchar música, dedicarme a mi crecimiento personal y espiritual, hacer jardinería y muchos más. Pero la familia, para mí, es de lo más importante y la valoro aún más, porque la mayoría están actualmente fuera del país.

Pregunta a Teolinda sobre:

Back to top